Energías renovables y su impacto social

Las energías renovables son aquellas fuentes de energía basadas en la utilización de recursos naturales: el sol, el viento, el agua o la biomasa vegetal o animal. Se caracterizan por no utilizar combustibles fósiles, sino recursos naturales capaces de renovarse ilimitadamente; son el presente y el futuro de la producción mundial de electricidad.

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El término «renovable» capta la esencia de esta clase de energía, encarnada por su disponibilidad en la naturaleza y su capacidad de regeneración continua, sin participación humana, de manera espontánea y en cantidades inagotables, representan una respuesta importante a la demanda generalizada de un modelo sustentable de desarrollo que no afecte a las generaciones futuras. 

A partir de la Revolución Industrial, el consumo de energías no renovables ha marcado el desarrollo de la sociedad, convirtiendo al sector energético en una rama estratégica de cualquier economía. La energía es imprescindible para el desarrollo y para prestar los servicios que cubran las necesidades humanas primordiales, como el acceso al agua potable, la salud, la vivienda y, principalmente, un nivel de vida mejor.

Las sociedades de todo el mundo son consumidoras de energía en mayor o menor medida, no obstante, la realidad es que la mayor parte de la energía que se consume procede de fuentes no renovables, como los combustibles fósiles y la energía nuclear, cuyo impacto negativo sobre el medio ambiente es superior.

Un aspecto para destacar de las energías renovables es que pueden ser aplicadas y explotadas a nivel local, lo que ayuda a minimizar la dependencia de las poblaciones hacia los grandes productores de energía, favoreciendo el desarrollo económico y la obra de trabajo. Por ello, actualmente nadie discute que los medios tradicionales de generación eléctrica no son eficientes y en las escalas de consumo hoy en día no son sostenibles. 

Las energías renovables, como la energía solar fotovoltaica, se han constituido como la única elección para el futuro de manera reciente. El desarrollo que han tenido en las últimas décadas las hicieron competitivas y viables para cualquier medio y condición. Realmente existe una creciente preocupación social en que las actividades resulten sostenibles, por la minimización de los impactos y por el respeto al medio ambiente, lo que cuestiona de manera seria el modelo energético presente basado, en particular, en la extenuación de los combustibles fósiles. Por lo tanto, las energías renovables cumplen la base de los tres pilares del desarrollo sostenible: económico, social y calidad medioambiental. 

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La utilización de energías renovables requiere de una garantía de desarrollo sostenible: la utilización de un modelo energético que satisface las necesidades actuales, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras, al tener en cuenta el tamaño económico (crecimiento económico), intensidad social (progreso social) e intensidad medioambiental (protección ambiental y uso racional de los recursos). 

Es importante saber que en el aspecto social, pueden nombrar distintos beneficios: como lo son la creación de empleos regionales; un mejor nivel de vida en regiones remotas con acceso a electricidad, estufas y calentadores solares o a partir de biogás; una mejor salud debido a una menor contaminación; y superación técnica o profesional debido al grado de especialización necesaria para instalar o crear energías renovables.

Sin embargo, no todo es positivo; primero, hay barreras para el desarrollo de las energías renovables, como son la falta de una cultura de transición y aprovechamiento, metodologías para la administración de riesgos, creación de modelos para promover la inversión, además de estructuras de financiamiento legales e institucionales que promuevan proyectos de energías limpias. 

Sin duda se requiere una metodología que evalúe de manera integral el aumento sostenible de las energías renovables, provea un conocimiento mayor de las variables que las afectan, y genere más certidumbre a la sociedad, a los inversionistas y a los gobiernos para crear las plataformas tecnológicas que contribuyan principalmente a la disminución de la diferencia social y a la mejora ambiental.

Conviene no olvidar nunca el principio ecologista: “la única energía que no contamina es la que no se usa”.

Escrito por: Arely Quintero, practicante profesional en Grupo PROMESA


REFERENCIAS

  • Yucatán, R. N. (2016, 8 junio). El impacto de las energías renovables en la sociedad. sipse.com. https://sipse.com/novedades-yucatan/el-impacto-de-las-energias-renovables-en-la-sociedad-208536.html
  • https://cuidemoselplaneta.org/energias-renovables/
  • CASTRO GIL, Manuel; Colmenar Santos, Antonio ; Sánchez Naranjo, Consuelo. Energía eólica. 1ª reimp. Madrid: PROGENSA, 2001. 50 p. Monografías técnicas de energías renovables ; 1. ISBN 84-86505-68-2
  • Energías renovables (2ª ed.) Autores: Jarabo, F., Elortegui, N., Pérez, C., Fernández, J., Sanz, M. y Macías, J.
  • Energías renovables: Experiencias prácticas Autores: Elortegui, N., Fernández, J. y Jarabo, F. Medio: Documento electrónico (archivos HTML, 4,22 Mb) Año: 1998 Editor: F. Jarabo Lugar: http://fjarabo.quimica.ull.es/PER/Renovabl.htm