La contaminación en México no existe (Tony Musk Stark nos salvará)

Pensemos brevemente en el desarrollo de México en los últimos 100 años… 

¿Ya lo están imaginando? 

Hace 100 años se estaban calentando los ánimos para terminar con la hacienda y el régimen de Díaz, después de la victoria y del paseo del ejército Trigarante… ¡Meeeeeeeeeentira!, el ejército Trigarante fue en la independencia, solo probaba si estabas poniendo atención, continuemos.

Después de la victoria del ejército constitucionalista y con el éxito de la revolución mexicana, vino el proceso democrático, la creación de una democracia mexicana, el desarrollo de algunas entidades federativas (ojo en que acabo de emplear la palabra desarrollo), construcción de puentes y caminos, secretarías de estado que regulen recursos y presupuestos, asesinatos a estudiantes, unas olimpiadas, un halconazo, líneas de metro, un mundial de fútbol, otro mundial de fútbol, un satélite en órbita y un casi nuevo aeropuerto. 

Paremos aquí, en el breve recorrido de México, para hacer la siguiente pregunta: ¿Todo lo anterior se pudo haber logrado sin la explotación de los recursos naturales? La respuesta es no. 

Las ciudades como la CDMX consume más recursos de los que puede generar por sí misma, la construcción de la ciudad provocó deforestación y pavimentación, lo que generó cambios en el uso de suelo y evitó que los mantos acuíferos subterráneos pudieran recargarse, ya que, el propio pavimento impide la filtración, obvio. 

Pero la expansión de la ciudad no termina allí, hablemos ahora de las especies endémicas, estas fueron desplazadas a ecosistemas que no era propiamente para ellas y, por lo tanto, al vil estilo darwiniano, murieron hasta su extinción, si la selección natural no las mató, fueron los humanos quienes lo hicieron, ya que, parte de la ideología de una ciudad es ser cosmopolita y diferenciar claramente sus actividades de las rurales, rompiendo así simbólicamente el contacto humano-naturaleza. 

Mayor concentración de personas es igual a mayor concentración de riquezas (en teoría), lo que provocó que moverse fuera fundamental. Vinieron las construcciones de carreteras, subterráneos y hasta segundos pisos,Eso provocó un mayor número de emisiones de CO2 y de generación de Cloro Fluoro carbonos (CFC), culpables de la devoración de la capa de ozono; esto a la larga, les trajo como obsequio a las nuevas generaciones días de contingencia por mala calidad del aire, teniendo al 2017 como el año en que todo cambió.  

Por último, si hablamos de agua, venimos arrastrando una de las mayores ideas erróneas de la conquista española, e incluso me atrevo decir que de la humanidad, me refiero a usar ríos como desagüe. De los 50 ríos que había en la ciudad, solo queda uno (y está casi por perder la batalla) que no es usado como canal de aguas negras. “No es de gratis” que estemos en el ranking mundial de ciudades que se quedarán sin agua antes del 2030, poniendo el día cero en el 2028. 

Tomada por JackSellaire, disponible en pixabay.com

A manera de conclusión, por ya excedí las 500 palabras, toda actividad humana genera un impacto ambiental negativo, vamos a generar degradación de los ecosistemas de manera directa o indirecta, ya sea por tirar aceite en la coladera de casa o por malgastar la energía eléctrica, siempre habrá una repercusión; la misión está en hacer sostenible lo que hoy parece un formato de vida insostenible, para que los servicios ecosistémicos que brinda el planeta puedan mitigar el impacto. 

La contaminación es real, creas en ella o no, la contaminación cree en sí misma y de seguir así, va a terminar con la humanidad o al menos con la mayoría. 

Hoy te hago sabedor, sabedora o sabedore de que el planeta no merece ser salvado, al final soportó vientos despiadados e infernales desiertos, solo para llegar al último cuarto de la torre más alta y, ¿qué encontró? A unos simios de inteligencia dudosa diciendo que el pobre es pobre porque quiere, la tecnología nos salvará del desastre económico o que Tony Musk Stark nos salvará con sus viajes espaciales. P A T É T I C O.

Escrito por: Fernando Ledezma.